середу, 10 липня 2013 р.

MEMORIAS DE UN REQUINOANO

Provengo de la familia Jorquera Salas, integrada por doce hermanos, de los cuales diez ya han partido, quedando solo mi hermano Guillermo y yo.
Mi infancia se desarrolló en Santa Amalia y ya adolescente, nos trasladamos a Requínoa, en donde continué mis estudios

A través de mis hermanas Olga y Ofelia, conocí al Párroco Don Alberto Rey González, quien tenía una gran amistad con mis padres. En ese entonces me enseñó a ayudar en la misa que se hacía en latin. Por lo cual siempre me llevaba para que le ayudara en la Capilla del Fundo de Las Cabras, cuyo propietario era Don Fernando Vial.
Gracias a este párroco tuve la oportunidad de aprender y apreciar la música, que mantengo hasta el día de hoy, me enseñó a tocar el órgano y asi participaba con el coro de la iglesia.
En mi juventud me incorporé a un conjunto artístico, organizado por la Sra. María Méndez de Ferrada, ella organizaba las veladas y las fiestas primaverales. Participé por primera vez en esta velada que era a beneficio de la iglesia parroquial, también con la participación de mis hermanos. Estas fiestas tenían gran éxito, pues venían personas de pueblos aledaños.

Años mas tarde me fui a Rincón de Abra, donde inicié una linda amistad con los profesores Ramiro y Eugenia, y otros vecinos del lugar, esta amistad nos llevó a formar un grupo artístico junto a Rafael Cumsille, con quien salíamos a distintos pueblos y comunas, colaborando con sus instituciones, como por ejemplo: Lo de Lobos, Chimbarongo, Zúñiga, El Molina (Olivar), Requínoa y por supuesto ayudando a la Escuela El Rincón.
Por esos años llegó una nueva profesora a esta escuela, que venía de la Escuela Normal de La Serena, y que se integró a nuestro grupo, participando junto a nosotros. Con el tiempo fuimos conociéndonos y finalmente contrajimos matrimonio, viviendo en Rincón alrededor de ocho años.
Posteriormente por razones de trabajo nos trasladamos a Requínoa, de donde viajaba diariamente hacia la comuna de El Olivar para desempeñarme como secretario del Juzgado de Policía Local. También en esta comuna participé en actividades artísticas organizadas por la municipalidad y la escuela. Cumpliéndo 31 años de servicio me acogí a retiro.

Una vez jubilado y ya descansando en mi hogar, me dediqué a la pintura. Tomé clases con el conocido pintor Don Julio Silva Valenzuela, participando con él en diferentes exposiciones como en Coltauco, El Olivar, Gultro y en diferentes lugares de Requínoa.
En Octubre del año 2009, decidimos venirnos a vivir a Rancagua con motivo de estar mas cerca de los hijos Ana María, Hernán, Pilar y Claudia y asi poder ver crecer a nuestros ocho nietos.
No obstante, sentimos nostalgia por el pueblo, ya que allí nos conocimos, nos casamos ( hace 52 años), tuvimos nuestro hijos y los educamos. También nunca olvidaremos a los familiares y amigos con los que participábamos en cumpleaños y en las fiestas del pueblo.
  


HERNAN JORQUERA SALAS

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